Sin duda, La Senda del Cares es de las rutas más bonitas de Europa. Así lo aseguran muchos expertos montañeros y páginas webs dedicadas al mundo del senderismo y el Trekking.

La senda del Cares es, junto a Ordesa y los Llanos de Lalarri en el pirineo aragonés, uno de los parajes más espectaculares que hemos tenido la suerte de disfrutar en familia. Sin duda, nosotros no lo olvidaremos.

¿Por dónde comenzar la ruta?
Esta ruta no es circular sino lineal. Eso significa que tiene un único camino que sirve de ida y de vuelta por lo que si decides hacerla al completo, necesitarás un vehículo de apoyo.
Te cuento: Esta ruta de unos 12 km conecta los dos extremos a través de los Picos de Europa que separan las localidades de Caín de Valdeón (León) con Poncebos (Asturias).
Es decir, el recorrido por carretera que separa estas dos localidades lo forman unos 100 km (tardarías una hora y media más o menos en coche). Sin embargo, a través de la senda y caminando, tardarías, a buen ritmo, unas seis horas en ir de una localidad a otra.
Pero, ¿Si he comenzado en Poncebos y he dejado allí el coche, cómo me voy de vuelta desde Caín del Valdeón al acabar la ruta?
Normalmente tienes dos opciones:
Primera opción: Vehículo de apoyo de una empresa profesional
Muchos senderistas que deciden hacer la Ruta del Cares, comienzan por uno de los dos extremos, ya sea el lado asturiano o el lado leonés, y pactan con una empresa de trekking y aventura la recogida en el otro extremo. Esta empresa, que suele venir provista de coches 4×4 porque también ofrece rutas por Picos y safaris fotográficos por ejemplo, queda con vosotros a una hora y os recoge de nuevo para llevaros al lugar en donde dejaste tu vehículo al comenzar la ruta.
De este modo imagina que comienzas en Poncebos. Pues lo lógico es que la empresa de trekking te recoja en Caín y te lleve de vuelta a Poncebos en 4×4.
Segunda Opción: Cambio de llaves
Otra opción que tienes para hacer la ruta del Cares sin contratar a una empresa es planificarla con un grupo de amigos. La mitad de vosotros comenzáis la ruta en el lado Asturiano y la otra mitad la comienza desde Caín de Valdeón en el lado leonés.
A mitad de camino os encontraréis y os intercambiáis las llaves de los coches de modo que todos tengáis vehículos para podes desplazaros al punto de pernocta.
¿Por dónde comenzar la ruta entonces?
Después de leer mucho sobre el asunto y planificar nuestra ruta familia preguntando a muchos senderistas que ya la habían hecho, prácticamente todo el mundo nos recomendó hacerla desde Caín.
Como nosotros no pensamos en ningún momento que íbamos a hacer la ruta completa sino un trocito, decidimos centrarnos en la que todos aseguran que es la parte más espectacular del trayecto. La parte que va desde Caín de Valdeón hasta el puente Bolín.
Esta parte de la ruta es la que discurre entre túneles y puentes y en donde la garganta del Cares se estrecha más dando paso a un paisajes bastante espectacular.
Si tu intención es hacer la ruta con niños y solo deseas caminar un par de horas o menos, desde Mundísimo también te recomendamos que hagas la Senda del Cares desde este punto.



Para llegar a la localidad de Caín de Valdeón, si vienes desde Castilla y León, te encontrarás el precioso puerto de Pandetrave desde donde por cierto, parten otras rutas senderistas conocidas por la zona.
Te recomiendo mucho que detengas el coche en este punto para observar las magníficas vistas de Picos de Europa desde este lugar.




Desde ahí, sigue las indicaciones a Caín de Valdeón. Este camino en coche entre los cortados de las montañas ya es en sí misma una experiencia preciosa.
El Pueblo de Caín de Valdeón
El pueblo de Caín es pequeño pero cuenta con un aparcamiento (cuesta 3 euros todo el día) para que dejes el coche en fechas señaladas que es cuando más afluencia de visitantes hay.

También cuenta con un albergue y varios restaurantes para comer con menú del día y bocadillos.
Te lo cuento porque es una opción magnífica para comer algo después de la ruta o incluso pedir unos bocatas antes de emprender la ruta.
La ruta comienza desde ahí mismo. Y lo primero que nos encontramos es un puente que cruza el ríos Cares y una presa. Ahí comienza la sucesión de túneles y caminos sinuosos protegidos con vallas y pared hasta el siguiente puente.
En este punto conviene echar la vista atrás y alucinar un poco con todo lo que debieron sufrir los trabajadores para construir este laberinto de cuevas y caminos estrechos entre 1915 y 1921. Si quieres conocer algo más de la historia de esta construcción, puedes seguir este enlace.

A partir de ahí, las protecciones del camino desaparecen por lo que, si vais con niños, lo mejor es que los llevéis de la mano y por la parte interior del camino.
De todos modos, siempre es importante que les expliquéis a los niños que cuando vamos al monte vamos a divertirnos pero que hay que cumplir con una serie de medidas de seguridad como no correr por el camino (hay grandes desniveles y cortados) y no tirar piedras para evitar posibles desprendimientos.
Además, es lógico que les inculquéis desde pequeños que hay que respetar la flora y la fauna de la zona. Por ello, siempre es recomendable que le echéis un vistazo a la web oficial del parque nacional para que veáis qué se puede y no se puede hacer.
Muy buenos los consejos del final, que todo el mundo deberíamos respetar al salir al campo.
Recuerdo la primera vez que fui con Loli y su hija Laura, que no tendría más de 11 años y al ir de Arenas de Cabrales a Puente Poncebos, donde comenzamos la ruta, no paraba de decir que parecían montañas en 3D.
Saludos
Autor
jajaja me parto pero qué ocurrencia tienen estos niños.
Esta ruta la hicimos hace años con nuestras hijas. No nos importaría volver porque es espectacular; nos sorprendió, además del paisaje, el sendero en sí y las cabras que te encontrabas de vez en cuando.
Autor
Sí sí, desde luego aquí tiene más sentido que nunca aquello de «La cabra tira al monte» jajaja
La ruta del Cares es espectacular, uno de los sitios más bonitos de Picos de Europa. Lo malo la masificación y qué es un poco peligrosa con niños.
Autor
No nos encontramos con mucha gente pero es verdad que fuimos en abril un finde cualquiera. Lo del peligro es cierto a medias porque como en todo, hay que tomar ciertas precauciones pero al final, si el niño es responsable y los padres saben pautar bien la salida, es para disfrutarla a tope.