En verano o primavera e incluso en otoño, Oporto se llena de reflejos en sus fachadas azulejadas lo que la convierte en una ciudad costera con un encanto especial.
Para ir con niños es genial porque existen un montón de atracciones para ellos. Empezando por el tranvía. ¿A qué niño no le encanta el tranvía?
Para el nuestro, una ciudad es guay o no en función de sus medios de transporte. Y si tiene tranvía es la pera!
Y hablando de tranvías, montarse en uno los antiguos es una experiencia preciosa para hacer con niños.
Desde el centro de Oporto, puedes tomar unos de estos antiguos tranvías eléctricos que te llevará por la Foz do Douro hasta la desembocadura del río. Es el trayecto más largo de este tipo de tranvías y casi siempre hay varios niños a bordo. Las ventanas de madera y el viento en la cara es una de las experiencias más bonitas de la ciudad cuando se va en familia porque los niños alucinan.
La ciudad de los puentes
Entre Gaia y Oporto hay seis puentes aunque el más famosos de todos ellos es el de Don Luis I. Además, cruzarlo con niños es una pasada. Se puede atravesar en tranvía, en coche o caminando. Pero si quieres unas vistas espectaculares, crúzalo por su parte superior y alucinaréis.
Y desde allí tendréis una de las vistas más espectaculares de la ciudad y además gratis.
Este es probablemente el museo más chulo para ir con niños que hemos visto en Oporto. Se trata de un recorrido en barquita a través de escenarios muy bien decorados sobre los mundos lejanos que fueron conquistados por los portugueses.
Cuenta con algunas salas en donde niños y mayores podrán tener una experiencia directa con las especias de diferentes partes del mundo, las ropas de las época, las armas o los oficios más comunes.
Todo esto completado con recreaciones de luz, sonido y un recorrido precioso con figuras en movimiento y a tamaño real que explican la historia del país. Toda la información te la van contando en español a través de los auriculares conectados que tendrás en la barca.
Montarse en Barco
Tranvía, barco… ¿Qué niño no disfruta con estos planazos?
En Oporto es muy típico contratar un tour en barco para pasar por debajo de los seis puentes que cruzan el Duero. Pero otra actividad muy chula también es coger un barquito de los pequeños, una especie de taxi acuático y pasar de un lado a otro. Es decir, de Oporto a Gaia o viceversa. Las paradas de los taxis acuáticos no tienen pérdida y están muy bien señalizados. Te dejan muy cerquita de la famosa bodega Sandeman. A partir de ahí tú decides si deseas visitar más bodegas, pasear por la margen del río o adentrarte en el pueblo.
Ver la ciudad a hombros de papá
¡Pues claro que sí!
Porque, no nos olvidemos: Son niños y no están acostumbrados a ir a nuestro ritmo.
Oporto y Dublin han sido los primeros viajes sin silla que hemos hecho con el peque y he de decir que nos ha sorprendido gratamente. Ha aguantado las largas caminatas como un campeón aunque, como es lógico, de vez en cuando ha pedido subir a hombros para descansar un poco.
Normalmente hemos viajado con nuestra inseparable silla Maclaren que ha subido cuestas, ha bajado barrancos, ha sido maltratada en aeropuertos etc… Pero la pobre ya cumplió su función…
¿Tú cómo te mueves cuando vas con niños?
¿llevas silla?
¡Hasta la próxima!